miércoles, 9 de diciembre de 2009

La DIARIA 09/12/2009


Los Padres Mandan

ULTIMAS NOTICIAS 09/12/2009


Imilce Viñas podría ganar premio póstumo

“Los padres terribles” lidera nominaciones a los Florencio

Los Padres Terribles - La gran favorita.
La Asociación de Críticos Teatrales del Uruguay divulgó ayer la lista de nominados para los premios Florencio en el Salón Rojo de la IMM. La ceremonia de entrega se realizará el 21 del corriente a las 21 horas en el Teatro Solís y será transmitida en directo por Tevé Ciudad y TNU.

La lista de nominados al premio que distingue lo mejor del teatro nacional, está encabezada por “Los padres terribles”, de Jean Cocteau, que figura en siete categorías, incluidas las de Mejor espectáculo, Mejor dirección por Alberto Zimberg, Mejor actriz por Alicia Garateguy, Mejor actriz de reparto por Carla Moscatelli, Elenco, Escenografía y Vestuario.
Le sigue “Los Macbeth’s”, de María Dodera, con cinco candidaturas. Dodera compite en el rubro de dirección con Jorge Bolani (“Tape”), Tabaré Rivero (“La Micción”), María Varela (“Las sirvientas”) y la recientemente fallecida Imilce Viñas (“El suicidado”). De ganar Viñas sería en carácter póstumo por la obra que significó para la actriz el cumplimiento de una meta anhelada. “El suicidado”, que se mantuvo en cartel en el Teatro El Galpón más allá de su muerte, también aspira a un Florencio en las categorías de Mejor actor de reparto por Pepe Vázquez, Mejor ambientación sonora por Alfredo Leirós, Mejor escenografía por Osvaldo Reyno, quien a su vez aparece dos veces más por su trabajo en “El jardín de los cerezos” y “Las sirvientas”.También con cinco nominaciones se ubica “Las sirvientas”, de Jean Genet: Mejor espectáculo, Mejor dirección, Escenografía, Vestuario e Iluminación. El músico Tabaré Rivero podría convertirse en el Mejor director del año, mientras que su obra “La Micción”, que presentó con éxito en la Sala Zavala Muniz del Complejo Solís, aparece también en los segmentos de Actor de Reparto por Jorge Bolani, Iluminación y Espectáculo Musical, donde tiene amplias chances de ganar. Entre las posibles revelaciones figuran Jime Márquez (autora y directora de Cajas Chinas), Verónica Mato (actriz, autora y directora de Pátina), Victoria Rodríguez (actriz de Al encuentro de las Tres Marías) y Marco Tortarolo (actor de Informe sobre Clara).
Tres propuestas argentinas y una chilena compiten por el premio como Mejor Espectáculo Extranjero: “Desarrollo de la civilización venidera”, de Daniel Veronese; “Lo omisión de la familia Coleman”, de Claudio Tolcachir; “Neva”, de Guillermo Calderón, y “Tercer cuerpo”, de Claudio Tolcachir. Álvaro Armand Ugon recibió una nominación por su labor en “Hamlet”, lo que corona un año muy productivo para el actor que protagonizó la serie televisiva “Charly en el aire”. Un jurado especial votó lo mejor del teatro del interior: “Brindemos por mamá”, de Lorena Rochón (Elenco independiente del Patrimonio, Colonia del Sacramento), “La lección”, de Eugéne Ionesco (Imaginateatro de Paysandú), “Pericas”, de Nicolás Durr (Teatro Eslabón de Canelones) y “Solo las alas”, de Ernesto Pérez (Ademu, San José). El jurado está integrado por María Rosa Carbajal, Myriam Caprile, Carlos Cassina, Hugo Castillos, Leonardo Flamia, Gabriela Gómez, Yamandú Marichal y Georgina Torello.
Principales categorías
Espectáculo: “Los padres terribles”, de Jean Cocteau; “Las sirvientas”, de Jean Genet; “Tape”, de Stephen Belber.Dirección: Jorge Bolani (“Tape”), María Dodera (“Los Macbeth’s”), Tabaré Rivero (“La Micción”), María Varela (“Las sirvientas”), Imilce Viñas (“El suicidado”), Alberto Zimberg (“Los padres terribles”).Actriz: Alicia Alfonso (“Maté a un tipo”), Alicia Garateguy (“Los padres terribles”), Ana Pañela (“Pelea de osos”), Lucía Sommer (“Casa de muñecas”).Actor: Álvaro Armand Ugon (“Hamlet”), Fernando Dianesi (Van Gogh), Adrián Prego (“Los Macbeth’s”), Iván Solarich (“Comunismo Cromagnon”).

NOTA DIARIO EL PAÍS 09/12/2009


Espectáculos
"Los padres terribles" va por siete premios Florencio
La crítica teatral entregará sus galardones el lunes 21



CARLOS REYES

Tres producciones de mediano presupuesto fueron nominadas a los Premios Florencio, que se otorgarán el lunes 21 a las 21.30 horas en el Teatro Solís. Ese día, "Tape", "Los padres terribles" y "Las sirvientas" se disputarán el premio más codiciado.

La elección de esos tres montajes por parte de la Asociación de Críticos Teatrales del Uruguay (ACTU) demuestra algunos síntomas. El primero, que el autor extranjero se sigue imponiendo, y en particular los dramaturgos ya consagrados: Jean Cocteau (Los padres terribles), Jean Genet (Las sirvientas) y Stephen Belber (Tape).

En cuanto a las escenificaciones, esta temporada la ACTU no se dejó llevar por las experiencias más experimentales, y nominó para Mejor Espectáculo obras dominadas por cierto naturalismo, que va desde el drama psicológico (Tape, dirigida por Jorge Bolani) a la comedia negra (Los padres terribles, con dirección de Alberto Zimberg). También los montajes de mayor producción fueron dejados algo de lado para atender a obras nacidas desde producciones más pequeñas.


A la hora de premiar las interpretaciones, Alicia Alfonso (Maté a un tipo), Alicia Garateguy (Los padres terribles), Ana Pañela (Pelea de osos) y Lucía Sommer (Casa de muñecas) acapararon el rubro Actriz. En el rubro Actor, la elección recayó sobre Álvaro Armand Ugon (Hamlet), Fernando Dianesi (Van Gogh), Adrián Prego (Los Macbeth`s) e Iván Solarich (Comunismo Cromagnon).

En Actriz de Reparto, las elegidas fueron Luciana Acuña (La persistencia), María Mendive (Acassuso) y Carla Moscatelli (Los padres terribles).

Jorge Bolani (La micción), Roberto Fontana (El canto de las sirenas), Gabriel Hermano (Últimos remordimientos antes del olvido), Sergio Pereira (Hamlet) y Pepe Vázquez (El suicidado) se disputarán la categoría Actor de Reparto.

En la categoría Revelación, fueron seleccionados Jimena Márquez (por Cajas chinas) Verónica Mato (por Pátina), Marco Tortarolo (por Informe sobre Clara) y la conductora Victoria Rodríguez (por su debut actoral en Al encuentro de las Tres Marías). Las entrada para la ceremonia están en Red UTS.

Seis categorías clave
ELENCO Al encuentro de las tres Marías, Los padres terribles, Pelea de osos y Tape.

AUTOR NACIONAL Diego Fischer y Álvaro Ahunchain, Jimena Márquez, Christian Zagía, Sandra Massera, Verónica Matto y Ever Blanchet.

ESCENOGRAFÍA Osvaldo Reyno (por El jardín de los cerezos, El suicidado y Las sirvientas), Claudia Schiafino y Beatriz Martínez (Los padres...) y Adán Torres, Leticia Skrycky e Ivana Domínguez (Macbeth).

VESTUARIO Soledad Capurro (Las sirvientas), Florencia Rivas (Los Macbeth`s) y Paula Villalba (Los padres... ).

ILUMINACIÓN Martín Blanchet (Las sirvientas y Macbeth), Eduardo Guerrero (La micción) y Agustín Maggi y y Ruben Vieira (Hamlet).

AMBIENTACIÓN SONORA

Coriún Aharonian (El jardín...), Alfredo Leirós, ("El suicidado" y "Hamlet") y Fernando Ulivi (Maté a un tipo).

MUSICAL Cada vez me gusta más, La micción y "Ricardo III, el musical.

sábado, 5 de diciembre de 2009


Sábado Show
Teatro
Recomendado Bernadette Laitano


Hay convenciones sociales sobre lo que está bien y lo que está mal. También parámetros sobre lo que se considera "normal".

La vida, terrible

Una madre extremadamente cómplice de su hijo. Un hijo extremadamente cariñoso con su madre, que la llama "Sofi" en privado, que comparte su cama, que se da cuenta si está maquillada o no y se lo dice. En Los padres terribles las relaciones no son lo que parecen. El secreto impera y las ganas se reprimen de la puerta para afuera, pero el desenlace del caos se presenta al comienzo, cuando la casa familiar está alterada ante la ausencia del hijo que pasó la noche afuera. Para los espectadores, la información es mayor (y más rica): el desequilibrio aparece, también al comienzo, cuando es la madre la más alterada porque su hijo durmió con una chica, de la que está enamorado.
Los padres terribles es una obra para no perderse y recomendar. Si gusta, dos veces también se puede ver -o las que quiera- porque son varios los puntos de atracción. El primero de ellos es el texto (adaptado por Alberto Zimberg y Leonor Svarcas), lleno de provocación y pinceladas tanto de tragedia como de comedia.
Luego, la dirección del espectáculo unida al trabajo del elenco, del que destacan Alicia Garateguy, como la madre, Roberto Bornes, el padre, y Carla Moscatelli, la tía solterona. Sobre todo Moscatelli: ¿qué hacer cuando una de las luces cae ruidosamente en medio del escenario? Incluir el cuerpo extraño en el organismo de la obra sin entorpecer ni el lenguaje ni las características de su personaje. Aplausos, aparte, para ella.
El hecho teatral convoca a más que la sola presencia del actor en el escenario y, aquí, la distorsión o lo surreal de esta familia lo subraya y acentúa la escenografía y el vestuario. La primera, funcional y manipulada por los actores (y eso incluye las luces), ofrece al espectador una gran cama que es el dominio de la madre (un ser hipocondríaco, pero también el lugar de encuentros madre-hijo). El vestuario juega con lo caricaturesco y hasta ridículo de los personajes, pero sin grotescos. Ellos sí son ridículos, pero se pasean por varios registros, hay explosiones de extremismos, en seres de por sí extremistas.
La obra no se queda en lo estético sino que habla, plantea ideas, sin decir qué es lo correcto. Hay una situación particular. Estos son los personajes que la tienen que enfrentar. ¿Cómo reaccionarían ante el enamoramiento del hijo, unos padres terribles?


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Datos de la obra
obra: Los padres terribles
autor: Jean Cocteau
dirección: Alberto Zimberg
elenco: Roberto Bornes, Noelia Campo, Alicia Garateguy, Carla Moscatelli y Sergio Muñoz
vestuario: Paula Villalba
escenografía: Claudia Schiaffino y Beatriz Martinez
funciones y entradas: Sábados 22:30. Domingos 20:30 (Espacio Teatro). $180

domingo, 29 de noviembre de 2009

"LOS PADRES TERRIBLES", DE JEAN COCTEAU, REPATRIADO AL BULEVAR
Jorge Arias - La República

Asi como Christopher Lasch mostró ( "The revolt of the elites..." 1994) que la más grave del siglo XX fue la de la élites y no la de las masas, como sostuvo Ortega y Gasset, Cocteau sostiene aquí que lo malo no es el niño o el joven, sino sus padres.


Para ello tomó un argumento que parece por momentos un vaudeville y por momentos un melodrama por entregas. Un amor con ribetes incestuosos entre un hijo (Sergio Muñoz) y su madre (Alicia Garateguy), diabética e insulino dependiente, a quien su marido Jorge (Roberto Bornes) traiciona con la joven Magdalena (Noelia Campo) que es la amante del hijo. La cuñada, Leo (Carla Moscatelli), suspira por Jorge y urdirá los planes maléficos de estilo.
El autor, fuera de su obsesión de sorprender poniendo las cosas de través, no profundiza en la anatomía y función social de la familia contemporánea.
Posiblemente el camino que siguió el director Alberto Zimberg fue el único viable: retornar "Los padres terribles" al clima del bulevar que informa al argumento. Una decisión difícil, porque aún hoy es muy considerable en la literatura el prestigio de Cocteau como cineasta ("Orfeo"), pintor, novelista, dramaturgo, amigo de Picasso, Diaghilev y otros artistas que le reflejaron su fama; creemos que poco a poco aparece el verdadero y patético Cocteau, uno de esos casos en que faltó algo, quizás muy poco, para un genio que no fue. Si eso ocurrió por dispersión de esfuerzos o por simple frivolidad, no lo sabemos.
Vimos en Buenos Aires esta obra en el año 2007, con puesta en escena de Alejandra Ciurlanti. La directora se la tomó en serio y sobrevino el aburrimiento; pero algo en el fondo la hacía dudar, o algo entrevió, e introdujo un entremés cómico, fuera del libreto, a cargo de un actor de las sobresalientes condiciones de Luis Machín. Era como un signo de interrogación, una marca en un libro, una confesión de perplejidad; sea como fuere, el cotejo de ambas obras le da la razón a Zimberg. Es una pieza en la que no se puede dejar pensar al espectador. ¡No es tan inferior! Todo sucede aquí con velocidad, con ritmo, con algo de frenesí y vértigo; y así el melodrama es atenuado o domesticado por una sonrisa irónica.
El elenco pareció muy suelto y firme en esta tesitura, y a pesar de las dificultades para entradas y salidas de la sala "El bardo", se logró un espectáculo ameno y divertido.

LOS PADRES TERRIBLES, de Jean Cocteau, en traducción de Ignacio Apolo y versión de Alberto Zimberg y Leonor Svarcas, con Roberto Bornes, Noelia Campo, Alicia Garateguy, Carla Moscatelli y Sergio Muñoz. Escenografía de Claudia Schiaffino y Beatriz Martínez, vestuario de Paula Villalba, iluminación de Martín Blanchet, música de "Ojos del Cielo" (Marcelo Fernández y Gustavo Antuña en guitarra, Jorge Rodríguez en violín), dirección general de Alberto Zimberg. En Espacio Teatro, "El bardo" (Mercedes 865, teléfono 9000316).

miércoles, 25 de noviembre de 2009

LOS PADRES TERRIBLES AGOTADOS !!!


Los Padres Terribles SIGUEN AGOTANDO !
NO TE OLVIDES DE RESERVAR AL 9000316 ! -
SABADOS 22:30 HORAS / DOMINGOS 20:30 HORAS

viernes, 6 de noviembre de 2009

CRÍTICA DIARIO EL PAÍS 6/11/2009

Tragedia: Sergio Muñoz y Noelia Campo en una historia de amor con agujas hipodérmicas



Una fresca mirada sobre Jean Cocteau en una flamante sala.

Alberto Zimberg dirige "Los padres terribles" con un gran elenco.



Dos experiencias en una: visitar la flamante sala "El Bardo", en Espacio Teatro y asistir a "Los padres terribles", de Jean Cocteau, que Alberto Zimberg puso en escena con un elenco encabezado por Roberto Bornes, Alicia Garateguy y Noelia Campo.

Hacía tiempo que Cocteau no ocupaba un lugar destacado en la cartelera uruguaya, siendo en ese aspecto uno de los tantos dramaturgos que el tiempo fue dejando a un costado. Ahora renació, en una versión llena de vida, que demuestra que no hay dramaturgo trasnochado si se lo sabe actualizar.
Para esa operación, el equipo de trabajo, muy profesional, eligió esta especie de obra de bulevar mezclada con melodrama y mucha literatura, que cuando su estreno en París (en 1938 en el Teatro de los Embajadores) había sido objeto de censura. Las relaciones incestuosas, las homosexuales, la infidelidad más allá de la clásica amante, son algunas de las puntas filosas que causaron estupor en su momento.
Ante esos y otros temas de la obra, el director propone una versión alocada, nerviosa, que incursiona en la parodia sin caer en lo carnavalero. Gestos desmedidos, acciones físicas expansivas, cumplen una función netamente estética y otra comunicativa, a la vez que producen mucho humor.
Ese registro está muy bien aprovechado por Garateguy y Carla Moscatelli, quienes interpretan a la pareja de hermanas protagonistas de una tensión que desemboca en tragedia. La creatividad del director se proyecta también en escenas con mímica, en el manejo del espacio fuera de escena, y en la conjunción de los rubros técnicos y el montaje, principalmente las luces, de Martín Blanchet.
Muchas veces en Montevideo las pequeñas salas de teatro han tenido que ser armadas y utilizadas por falta de mejores espacios escénicos. No es este el caso de El Bardo, que ubicada en la planta alta de una antigua casa del Centro (donde funciona Espacio Teatro, en Mercedes 865) permite ver teatro en un contexto diferente, íntimo, de cámara.
Zimberg aprovecha la estrechez del lugar para hacer la puesta en escena más estimulante, incluyendo luces y gritos que suceden en el resto del edificio. La escenografía, sencilla pero eficaz, es manejada por los actores, que incluyen esos movimientos alocados en el vértigo del conjunto de las acciones.
Cocteau suele ser un autor más interesante para leerlo que para verlo en escena. La escena porteña lo empezó a recuperar en los últimos tiempos, llevándolo incluso hasta la calle Corrientes. El equipo de Zimberg rescata para el público uruguayo este escritor valioso, por medio de un registro original, que corre por un kitsch prolijo, con personalidad, como ya lo había hecho en 2005 con Anhelo de corazón, de Carly Churchill, por la que recibió seis nominaciones a los premios Florencio.
Las acciones físicas, las sorpresas dentro de un lenguaje netamente teatral, el vestuario con toques de humor, el manejo de la utilería, todo suma para concretar un espectáculo divertido, que desgraciadamente fue declarado no apto para menores de 18 años, cuando justamente podría ser útil para el público adolescente.
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Un viaje de opio rumbo a la farsa

Llevada al cine por el propio autor en 1948, Los padres terribles fue escrita para su amante del momento, el actor Jean Marais, durante una larga sesión de opio de más de una semana. El tratamiento irreverente de un tema tan delicado como el amor obsesivo entre una madre y su hijo, fue pasado por las convenciones y clichés de teatro de bulevar -del adulterio a la confusión de identidades- creando una mezcla extraña de farsa y melodrama.
Edificada sobre un entorno familiar salvaje, donde los adultos se comportan como niños, la pieza había probado en 1995 su eficacia en los escenarios ingleses, cuando fue montada en Londres y Broadway con un elenco integrado por Kathleen Turner, Eileen Atkins y un desconocido llamado Jude Law.

Carlos Reyes El País 2009-11-06

sábado, 10 de octubre de 2009

CRITICA - Yamandú Marichal Carve

LOS PADRES TERRIBLES Jean Cocteau

“Los padres terribles” puede ser –y es- un drama estremecedor. El amor edípico entre una madre absorbente y un joven demasiado inocente (o al menos “demasiado”en apariencia) es el disparador de una anècdota de fuerte impacto melodramàtico, pero al que Jean Cocteau vistiò con una pátina de humor que no alcanza para desvanecer el verdadero drama. Incluso en momentos de su estreno en Paris con Jean Marais como protagonista, la obra tuvo algunas dificultades con las autoridades. Lo que narra Cocteau es especialmente conmnocionante, y un tanto previsiblemente en los momentos finales no logra eludir el verdadero drama .
Una madre que roza el incesto, una tia manipuladora, un jovencito que se enamora de la joven amante de su padre ignorando por supuesto la situaciòn, son elementos que podrían alimentar cualquier melodrama convencional, pero en manos de Coc teau, ese drama se beneficia de una ironìa feroz,un extremo que el dramaturgo maneja con notable facilidad. No falta el humor en esta historia, aunque ese humor (sustentado en un hecho que no elude su dramatismo) debe mantenerse en los limites del desborde, para no comprometer su impacto. No obstante el joven director Alberto Zimberg se lanzó de lleno al absurdo en medio de una puesta por momentos delirante en el que dió entrada tanto al grotesco como al vodevil.
El resultado fue irregular, es cierto, pero no por ello falto de talento. Zimberg exasperó el drama, recurriò a una comicidad por momentos un tanto primaria, caricaturizó a los personajes hasta limites extremos, pero en definitiva logró potenciar adecuadamente el impacto del texto original.
En un escenario mìnimo como el de la sala II de Teatro Espacio, Zimberg logró mover con soltura a sus intérpretes, recurriendo a una ingeniosa escenografía de Claudia Schiaffino y Beatriz Martinez. El elenco por su parte respondiò adecuadamente a sus exigencias con especial lucimiento de Alicia Garateguy, bien acompañada por Carla Moscatelli y por la deliciosa presencia de Noelia Campo como esa joven dama que incendia la precaria estabilidad familiar. Sergio Muñoz aniñó demasiado a su personaje pero no desentonò en un quinteto en el que Roberto Bornes, un actor de definida personalidad para la comedia, supo mantenerse en el filo del drama y de la farsa, sin perder nunca su equilibrio. Un aporte esencial estuvo en una banda sonora que recurriò con mesura a un tema contagioso y revelador: El resultado es un espectáculo dinàmico, por momentos un tanto estridente, ingeniosamente planteado y servido por un elenco eficaz. Quizá la obra de Cocteau hubiera necesitado una mayor mesura para evitar tanto desborde pero Zimberg se las ingeniò para dar credibilidad a una puesta decididamente original.

Yamandú Marichal - Carve

Reir y Reflexionar - Cristina Landó - Semanario EL POPULAR - 9/10/2009

Semanario El Popular, 09-Oct-2009

Los padres terribles. De Jean Cocteau.
Con Roberto Bornes, Noelia Campo, Alicia Garateguy, Carla Moscatelli, Sergio Muñoz.
Versión y dirección Alberto Zimberg
Espacio Teatro ( Sala El Bardo )

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Reír y reflexionar
Cristina Landó


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El teatro francés entre 1918 y 1939 atraviesa en Francia por una etapa brillante y próspera. La segunda guerra mundial no lo detiene. Durante los años de la ocupación ( 1940-44) se produce el milagro de una actividad dramática intensa y valiosa, en forma de resistencia cultural y artística para mantener la libertad del espíritu frente a la fuerza del invasor. Después de la liberación ocupa el primer lugar en occidente gracias a los grandes autores que surgen en Francia. Entre ellos, Jean Cocteau. No es fácil sintetizar la obra dramática de Cocteau( 1889-1963). En referencia a sus piezas, desde las fantasías juveniles, pasando por sus adaptaciones de autores clásicos de la antigüedad, hasta sus obras típicas de la madurez, como “La voz humana” (1930), “La escuela de las viudas (1936), y, entre otras “Los padres terribles” (1938). Cocteau supo mezclar las técnicas del misto antiguo, de la comedia de costumbres, del drama psicológico, del teatro policial, de la fantasía, lírica, de la recreación medieval y del pastiche, para rescatar atractivos.
Cocteau ha sido uno de los escritores vanguardistas más originales y de mayor influencia entre loas dos guerras; espíritu brillante artista intuitivo y paradoja, ha abordado con audacia, marionetas, dibujo, ballet y cine, y todo de una forma personal y revolucionaria. Algunas de sus formas han espantado-y siguen agitando el confort de los buenos burgueses “Les parents terribles” es un drama torturador, desagradable, pero con ricos recursos escénicos, en el que presenta a una madre neurótica que desvía su amor maternal hasta extremos inverosímiles; los padres incomprensivos y llenos de prejuicios que se oponen al matrimonio del hijo que aspira casarse para evadirse del enfermo medio familiar. Otras personas de la familia intervienen para que todo sea una Melanie perturbadora, inquietante en la cual cada uno agrega su propia parte insalubre, egoísta, confusa, ambivalente, inescrupulosa, que no claudica con facilidad para moderar generosamente el trámite de la existencia. Primero que nada – y el gran mérito de Alberto Zimberg- ha sido dar vuelta literalmente hablando el espíritu dramático de Cocteau, hasta convertirlo en un ácido vaudeville, si se quiere una farsa teatral agria que se parece mucho a la realidad actual. Zimberg ha transformado- sin tocar la pluma de Cocteau, la espina dorsal que recorre la pieza. Y el resultado es estupendo; habla de un director de mucha inteligencia, culto y sensible que sabe cómo llegar a lo que se propone. En la versión de Zimberg, los juegos de palabras, equívocos y artificios, las largas tiradas, las retóricas de las tesis, resisten la gravedad y – sin perder a Cocteau de vista – el versionista revierte adrede no obstante muy bien elaboradas las acciones del desarrollo. El humorismo que Zimberg interpone se hace telegráfico, las situaciones vertiginosas, la yuxtaposición de elementos disímiles, el formidable dinamismo del proceso escénico, hacen del espectáculo un dechado de momentos descacharrantes que nunca pierden su ingénito realismo. Aún con esta libertad en la versión, surgen soterradamente muchos rasgos característicos de la tradición teatral francesa. Zimberg enfatiza el despojamiento de hipócritas artificios encubridores de las pasiones del hombre común. Por muchos momentos se advierte una retórica egocéntrica, parcialmente superficial. El trabajo del director no es una farsa lírica; su panorama no pretende ser exhaustivo, tampoco omite los esbozos dramáticos- que cada cual se los lleva para la introspección- , ni se preocupa por representar al teatro de ideas. La versión nos evoca al teatro de lengua francesa después de 1950, cuando si bien se sufría considerables transformaciones, recibía- como recibe en esta versión- el aporte de un director que le imprime orientación que logra romper con las normas más o menos tradicionales, entonces tan seductoras. Con relación a esta versión de Zimberg, podríamos hablar de un “antiteatro”, casi cerca de una expresión caricaturesca, farsesca, por lo menos de formas teatrales originales, que no dividen lo trágico de lo cómico, rechazando la teoría de las unidades despojadas de la psicología convencional, de cierto idiotismo y repetición de un lenguaje insólitamente coloquial. Todos éstos son factores anacrónicos, para el caso, que no expresarían la crisis de la comunicación y el absurdo social dentro del cual se mueve el hombre de hoy. El elenco tiene una homogeneidad tan escrupulosa que –pensamos- contribuye a la precisión y el fantástico resultado. Roberto Bornes, Carla Moscatelli, Alicia Garateguy, Sergio Muñoz y la encantadora Noelia Campo forman un grupo que tienen como premisa el dinamismo actoral, las casi ausentes pausas- porque se perdería el ritmo de la impronta del director- , los movimientos escénicos irreprochables, la gracia que van desparramando en todas las acciones y los sensacionales remates marcados e interpretados con una enorme solvencia.

BRECHA - 9 de Octubre - Alvaro Loureiro

LA SAGRADA INSTITUCIÓN

LOS PADRES TERRIBLES***
De Jean Cocteau. Dirigida por Alberto Zimberg. Con Roberto Bornes, Noelia Campo, Alicia Garateguy, Carla Moscatelli, Sergio Muñoz.

La familia tradicional crucificada en una comedia de costumbres que transita el grotesco y el más franco humor negro. Dirección y elenco excelentes.

Los padres terribles no son los únicos seres terribles en esta negra sátira de Jean Cocteau que, si bien comienza por presentar a un par de progenitores que simulan y engañan, dejan rápidamente en evidencia a la figura de una tía que a menudo muevo los hilos de la convivencia con aviesas intenciones. Perjudicado por los anteriores de manera directa resulta el hijo, histérico jovencito que , aparte de mantener una relación edípica con su madres, se enamora de una muchacha con pasado más bien oscuro y presente harto discutible. Artista múltiple, Cocteau adquiere en este texto las características de un moderno Moliere capaz de sacar a relucir el egoísmo y falsedad que pueden reinar en un hogar respetable, al cual se dedica a demoler con la ferocidad del caso, a pesar de que, de algún modo, luego de los citados destrozos, las apariencias de normalidad continúen dominando, según los códigos de una sociedad tan hipócrita como quienes integran la familia en cuestión.
Moralista a ultranza, Moliere concluía sus comedias con los consabidos bastonazos llamados a castigar a los culpables. Pero Cocteau, por su parte, es la platea la que debe establecer qué hacer y cómo terminar con situaciones similares a las que acaban de desfilar ante sus ojos. La risa de los asistentes, por lo pronto, pone al descubierto los malos pasos de todos y cada uno. En condenables sino también un sentimiento de reprobación casi automático.
Resuelta a desenmascarar las mentiras, escarmentar a quienes las pronuncian y corregir el comportamiento de un mundo en falta, la versión que dirige Alberto Zimberg recoge el guante que le arroja el caucásico francés y decide exponer los personas a escasos centímetros de sus jueces. La inspirada solución escenográfica diseñada por Claudia Schiaffino y Beatriz Martinez, amén de ostentar acolchados , almohadas y cojines como aguda imagen de otros tapujos y amortiguadores, le brinda a Zimberg la posibilidad de transformar el espacio con una velocidad que le permite aprovechar el ritmo casi vodevilesco de un acontecer sin pausas. El movimiento armoniza entonces con el tono sutilmente exagerado de una puesta destinada a bordear el ridículo- un enemigo terrible que acecha en la ficción al igual que en la realidad – que pone de manifiesto los excesos que allí tienen lugar. Movimiento y tono dependen finalmente de los cinco actores que Paula Villalba viste y adorna con pareja mordacidad. El pusilánime y engolado padre corre por cuenta de Roberto Bornes, mientras que la madre tan quejosa como calculadora recae en Alicia Garateguy, el inmaduro hijo único en Sergio Muñoz, la nada frágil enamorada en Noelia Campos, y la tía, una señora que haría lucir a Cruela Devil como la pobre Blancanieves, en Carla Moscatelli. Un quinteto de lujo al servicio de un fino trabajo de dirección cuya solitaria – y menuda – nota discordante radica en el innecesario prólogo mimado que precede la última parte.

Brecha, 9 de octubre, Alvaro Loureiro

viernes, 9 de octubre de 2009

Egon Friedler - SEMANARIO HEBREO

COMEDIA NEGRÍSIMA

“Los padres terribles” de Jean Cocteau – Dirigida por Alberto Zimberg – Con la actuación de Roberto Bornes, Noelia Campo, Alicia Garateguy, Carla Moscatelli y Sergio Muñoz – Escenografía : Claudia Schiaffino, Beatriz Martínez – Vestuario : Paula Villalba – Iluminación : Martín Blanchet – En Espacio Teatro, Mercedes casi Andes

Jean Cocteau (1889-1963) fue una de las grandes personalidades de la vida intelectual francesa durante varias décadas (de los años veinte a los cincuenta) en el siglo pasado. Poeta, novelista, dramaturgo, pintor, diseñador y cineasta, escribió entre otras cosas algunas obras muy críticas de la burguesía decadente de su época, de la cual formaba parte de manera bastante entusiasta. Si bien terminó su vida como un respetado académico no dejó de provocar algunos resonantes escándalos. Uno de ellos fue provocado por “Los padres terribles” que poco después de su estreno en 1938 fue censurada por inmoral por el Consejo Municipal de París.
La indignación de entonces parece un exceso en nuestros días. Con ello, cabe reconocer que los moralistas o seudo-moralistas de la pre-guerra tenían algunos argumentos razonables.
Después de todo, “Los padres terribles” ofrece un muy variado cocktail de inmoralidades que incluye una relación erótica obsesiva entre una madre y su hijo, infidelidades surtidas y engaños inescrupulosos de varias clases. Los personajes actúan movidos por una lógica perfectamente amoral, en la que siempre las soluciones más ridículas y aberrantes coinciden armoniosamente con sus conveniencias. El director Alberto Zimberg pudo haber minimizado el aspecto humorístico y privilegiado los aspectos sociales o sicológicos de la obra, pero con muy buen criterio armó la puesta como una comedia loca, loca. El sugestivo escenario intimista de la sala más pequeña del Espacio Teatro (con la sugestiva escenografía de una cama de matrimonio para todo uso) contribuyó a subrayar y amplificar todas las estridencias y los excesos farsescos de la trama.
Pero lo esencial fue el excelente trabajo de los actores. Alicia Garateguy fue la “soprano de coloratura” de la pieza con su composición de histérica total, posesiva, egoísta, y monomaníaca. No le anduvo a la zaga Carla Moscatelli como la manipuladora inescrupulosa e incansable, dispuesta a todo para conquistar a su elusivo y despistado cuñado. Roberto Bornes, como el “pater familias” combina muy bien la falsa respetabilidad con la tontería disfrazada de sensatez. Aún en un el clima salvaje y desmelenado de la pieza, el enfoque marcado para el rol del hijo a cargo de Sergio Muñoz parece desmesurado. Es un niño retardado cuando debía ser un falso adulto.
Pero al margen de este detalle menor, es un espectáculo para reírse con ganas.

Egon Friedler - SEMANARIO HEBREO

jueves, 8 de octubre de 2009

Yahoo! Noticias Mexico.

sábado 10 de octubre, 01:38 PM

México, 10 Oct. (Notimex).- Bajo la dirección de Alberto Zimberg y las actuaciones de Noelia Campo, Roberto Bornes, Alicia Garateguy, Carla Moscatelli y Sergio Muñoz, en el Espacio Teatro, de Uruguay, se encuentra en temporada la obra "Los padres terribles", de Jean Cocoteau, escritor muerto el 11 de octubre de 1963.

De acuerdo con lo publicado en la página en Internet del diario uruguayo "El país", la obra recorre un puñado de pasiones, desde la infidelidad y los celos, hasta la confusión de identidades, cocktail explosivo que se bate para crear una farsa feroz e hilarante, pues cuando parece que todas las piezas encuentran su lugar, una drástica decisión deja a cada uno de los personajes enfrentado consigo mismo.
En 1938 Cocteau escribió esta obra, tomando las convenciones y clichés del vodevil (infidelidad, adulterio, confusión de personajes) para jugar deliberadamente al equívoco.
El académico francés Jean Cocteau, quien destacó como poeta, novelista, dramaturgo y director de cine, amigo de grandes personajes de la cultura como, Pablo Picasso, Amadeo Modigliani y Guillaume Apollinaire, falleció en Milly-la-Foret, cerca de Fontainebleau.
Cocteau, quien fue electo miembro de la Academia Francesa de la Lengua en 1955, nació el 5 de julio de 1889 en Maisons-Laffitte, cerca de París, Francia, y cuando tenía nueve años su padre se quitó la vida. Fue un niño consentido y con malos resultados en el colegio.
Fue justamente en esa etapa escolar que se enamoró de un compañero de colegio, llamado Pierre Dargelos, quien se vería posteriormente reencarnado en muchas de sus obras.
Posteriormente se trasladó a "La Ciudad Luz" y con 16 años se encontró con el actor Edouard de Max, quien tomó parte en su lanzamiento como poeta.
Siendo muy joven, publicó su primer volumen de poemas, titulado "La lámpara de Aladino", que rápidamente lo situó como un escritor importante.
En 1909 su vida tomó un nuevo giro, los ballets rusos se establecieron en París y Cocteau consiguió trabajar en ellos, gracias a la buena relación que mantenía con el empresario Sergeuei Diaguilev.
Combinó su talento con el del compositor Erik Satie, el coreógrafo Leonide Massine y el pintor español Pablo Picasso para crear un ballet llamado "Parade", al que los críticos calificaron de revolucionario, que se representó por primera vez en 1917.
Como una muestra más de su talento, en 1920 compuso "Le boeuf sur le toit", obra también para ballet, que contó con la música del compositor francés Darius Milhaud.
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-18) trabajó en la Cruz Roja, en la que conducía ambulancias, y todas estas experiencias fueron contadas en su novela "Thomas el impostor", publicada en 1923.
Su relación con un aviador inspiró los poemas de su obra "The Cape of Good Hope" (1919), y en esa misma época conoció al escritor Guillaume Apollinaire, al pintor Amadeo Modigliani y a Raymond Radiguet, un joven poeta del que se enamoró.
Con Radiguet, de tan sólo 15 años, mantuvo una apasionada relación amorosa que pasaría como modelo para sus subsecuentes nexos.
En 1923, a los 20 años de edad, Radiguet murió de tifus y Cocteau incrementó su adicción al opio, lo que le obligó a pasar un periodo de recuperación en un sanatorio, experiencia que, al igual que otras, la describió en su libro "Opio" (1923).
Los críticos coinciden en que durante este tiempo escribió algunas de sus obras más importantes: "Orfeo" (1927) y "La máquina infernal" (1934), la novela "Los muchachos terribles" (1929) y su primera película, "La sangre de un poeta" (1930).
En sus películas se puede encontrar la introducción del surrealismo en el cine francés. Varias de ellas, especialmente "La bella y la bestia" (1945), "Orfeo" (1950) y "Los padres terribles" (1929), han llegado a ser consideradas clásicas del cine moderno.
Jean Cocteau murió en Milly-la-Foret, cerca de Fontainebleau, Francia, el 11 de octubre de 1963.

http://mx.news.yahoo.com/s/10102009/7/n-entertain-representan-obra-jean-cocoteau-padres.html

sábado, 26 de septiembre de 2009

Sabado SHOW 26/09/09


Sábado Show 26/09/09
Dirige Alberto Zimberg


Hijos del rigor


Hoy se estrena Los padres terribles, de Jean Cocteau, en El Bardo, sala de Espacio Teatro.
Por Bernadette Laitano

En una de sus múltiples creaciones artísticas, Jean Cocteau dio vida a una familia disfuncional que, apenas vio la luz en un escenario de París, en 1938, fue ordenada al silencio y guardada en un cajón. El motivo, su carácter inmoral.
La obra, de nombre Los padres terribles, fue escrita de manera maratónica en ocho días alimentados por sesiones de opio y con el interés de Cocteau puesto en su amante, Jean Marais, a quien la dedicó. Si ese detalle tuvo o no influencia en el carácter "inmoral" decretado por el Consejo Municipal de París, poco importa porque en esa fecha Cocteau ya era figura indiscutida de varios movimientos de vanguardia -sobre todo el surrealismo francés- y la provocación inundaba su producción artística, que no se acota solamente al teatro sino que se extiende hacia el cine, la música y la pintura. Los padres terribles tienen su versión cinematográfica realizada por el propio Cocteau.
Más cerca del siglo XXI, en 1995, la obra volvió a ver la luz y fue éxito en Broadway y Londres (el elenco lo integraba Jude Law). Ahora toca ver cómo responde el público aquí, en Uruguay, porque este fin de semana se estrena bajo la dirección de Alberto Zimberg y las actuaciones de Roberto Bornes, Noelia Campo, Alicia Garateguy, Carla Moscatelli y Sergio Muñoz.

-¿Por qué seleccionaste esta obra?
-Con Anhelo del corazón, que fue mi anterior proyecto, hablaba del tema de la familia disfuncional entre otras cosas, entonces la idea era continuar un poco con esa línea y seguir investigando un poco más, además de adentrarme en textos un poco más diferentes a los que he transitado como (Harold) Pinter y Caryl Churchill, que son textos más precisos, incluso de alguna manera hasta más contemporáneos (...) pero sobre todo a nivel del texto es mucho más rebuscado o más pesado. Entonces, la idea justamente era darle mi visión, seguir transitando el tema de la familia disfuncional y sobre todo por cómo está tratado, que le toma el pelo a los clichés de la época, con un humor ácido, bastante negro, pero que habla de cosas que nos interesan a todos actualmente. No es una comedia ligera, los personajes son muy fuertes cada uno, entonces era interesante trabajarlos desde el punto de vista de las relaciones entre ellos.
-Trabajaste con parte del elenco en Anhelo del corazón (Garateguy,Campo y Bornes), ¿por qué los volviste a elegir para esta obra?
-Porque ¿viste cuando te quedan ganas de seguir trabajando? Sobre todo en teatro totalmente independiente uno elije con quién laburar y no siempre se da que tanto a nivel de elenco como técnico se pueda conformar un grupo con el que puedas trabajar bien, no sólo a lo que puedan aportar artísticamente sino también a lo que puedan aportar a nivel personal.
-Los padres terribles suele representarse como un vaudeville con ribetes de comedia y tragedia, ¿cómo la delineás tú?
-La idea es no partir de lo superficial o la caricatura que podrían ser los personajes sino, en principio, empezar a explorar, voy al texto mucho después, o sea, en principio trabajamos mucho lo que son las relaciones de estos personajes, encontrar a estos personajes en otras situaciones que quizá no están planteadas directamente en el texto, y empezar a encontrar un estilo que pudiera comunicar lo que yo estaba sintiendo que el texto me estaba dando.
-¿Y qué te estaba dando?
-Personajes que transitan en un rango bastante grande, o sea, si bien desde la verdad en todo ese rango, quizá por momentos en decir verdades desde un naturalismo hasta llegar a un desborde total.
-Los personajes se pasean por varios registros en el transcurso de la obra.
-Claro. Incluso nos planteábamos si son personajes que se disocian bastante en cuanto a la capacidad de relacionarse con uno u otro personaje y no, es el mismo personaje que por momentos te parece otra persona cuando se relaciona con otro, y eso tiene que ver con todo el tema de los secretos que tiene la obra.
-¿Qué es lo esencial de la obra para tí? ¿Dónde está el núcleo?
-Sobre todo tiene que ver con un supuesto orden establecido cuando arranca la obra, un orden generado por la madre, el padre y una tía solterona, con un hijo de unos 20 años, donde cada uno de los personajes ya tiene su lugar y su vínculo establecido dentro de la familia. El tema es cuando uno de estos personajes, el hijo, decide -o no decide- romper ese orden. Ahí empiezan a aparecer todas estas verdades que estaban ocultas, estos conflictos. Cocteau trabaja muy bien el tema de los opuestos, el orden/desorden, y la obra va adquiriendo otra forma de ordenarse.
-¿Qué es lo terrible de estos padres?
-Lo que te hablaba del tema del orden y el desorden, tender a ordenar la vida de este hijo de una manera no digo arbitraria pero sí sin consentimientos, sin ese diálogo que tendría que haber o sin dejar que el hijo decida (...) Pero son personajes que sufren, que ríen, que explotan por momentos, y que están queriendo decir muchas cosas.



jueves, 20 de agosto de 2009

El espectáculo

Cuando la pasión no tiene límites......

LOS PADRES TERRIBLES
De Jean Cocteau.
Dirección: Alberto Zimberg

Con Roberto Bornes, Noelia Campo, Alicia Garateguy,

Carla Moscatelli y Sergio Muñoz.

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NO APTA menores de 18 AÑOS
Sábados 21:30 horas Domingos 19:30 Horas
Entradas: $180
ESPACIO TEATRO
Mercedes 865 esq. Andes.
RESERVAS AL Tel : 9000316
2x1 PARA SOCIOS DE
Montecable/ Club El País / Socio Espectacular / Socios Cinemateca/
Òbolo Cultural
( CUPOS LIMITADOS)
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Una familia disfuncional desde la mirada ácida
del genial cineasta y dramaturgo francés Jean Cocteau.
Infidelidad, celos, confusión de identidades se mezclan
para crear una farsa feroz e hilarante.

Cuando parece que todas las piezas podrían encontrar su lugar, una drástica decisión deja a cada uno de los personajes enfrentado consigo mismo.

Un desafío actoral y de dirección.
Todos quedaremos atrapados esperando el desenlace.
La pieza se ha presentado con gran éxito de público y crítica por los escenarios de Buenos Aires, Londres y Broadway.

miércoles, 19 de agosto de 2009

La Obra




Una obra sobre nuestro tiempo, que retrata las relaciones humanas tal cual son.





En 1938 Jean Cocteau escribió Los Padres Terribles, tomando las convenciones y clichés del vaudeville (infidelidad, adulterio, confusión de identidades) para crear una farsa feroz e hilarante.


Cocteau juega deliberadamente al equívoco. ¿Es un drama o una comedia? La respuesta es sencilla: es una obra maestra.

La obra sacude, divierte, deleita y desorienta, contando la historia de una familia disfuncional compuesta por padre, madre, hijo y tía soltera, que ve cómo se tambalean sus pilares ante la noticia de que el joven se ha enamorado de una mujer con la que pretende casarse.



En 1995 la pieza pasó con rotundo éxito de público y crítica por los escenarios de Londres y Broadway, con un elenco integrado por Kathleen Turner, Eileen Atkins y un entonces desconocido Jude Law.

En el año 2007 es representada en Buenos Aires con gran suceso de público, recibiendo numerosos premios por parte de la crítica especializada.

En el año 1948 es llevada por primera vez al cine por el propio Cocteau con gran éxito, realizándose una remake de la misma para la televisión en el año 2003.






Jean Cocteau



“El genio en el arte consiste en saber
hasta donde podemos caminar
demasiado lejos”
Jean Cocteau

Francia (1889 - 1963)
uno de los más talentosos artistas
del siglo XX


Explorador del misterio del universo y de las dificultades de la existencia humana. Su vida estuvo regida por una fuerza motriz basada en la búsqueda de un ideal absoluto, de una realidad nueva: la poesía, la belleza y el conocimiento de la verdad humana.

Director, poeta, novelista, pintor, dramaturgo, diseñador y actor, una de las figuras descollantes de la vanguardia francesa en las primeras décadas del siglo XX.

El trabajo de Jean Cocteau refleja la influencia del surrealismo, el psicoanálisis, el cubismo, la religión católica. En su tiempo Cocteau fue un promotor de la moda y el estilo avant garde. Entre sus amigos se incluían figuras prominentes como Pablo Picasso, el compositor Erik Satie, el escritor Marcel Proust, y el director ruso Sergei Diaghilev

Entre sus múltiples obras se destacan Orfeo, La voz humana, Los monstruos sagrados, La máquina de escribir, Los niños terribles y Los padres terribles.
Las películas de Cocteau, en su mayoría escritas y dirigidas por él, fueron especialmente importantes en la introducción del surrealismo en el cine francés. Varias de ellas, especialmente La bella y la bestia (1945), Los padres terribles (1948), Orfeo (1950) han llegado a ser consideradas clásicas del cine moderno.

El 3 de marzo de 1955 Jean Cocteau fue nombrado miembro de la Academia Francesa

Fundación Jean Cocteau

El comité Jean Cocteau nos apoya y alienta en este proyecto: Muchas Gracias!

Este espectáculo se representa con la amable autorización de Pierre Bergé, presidente del comité Jean Cocteau

El espectáculo no sería posible sin el apoyo de...


El equipo de Los padres terribles

... durante el proceso de ensayos

Traducción : Ignacio Apolo

Elenco:Roberto Bornes, Noelia Campo, Alicia Garateguy,Carla Moscatelli y Sergio Muñoz.

Vestuario: Paula Villalba
Escenografía : Claudia Schiaffino y Beatriz Martinez
Luces : Martín Blanchet.


Música original : Ojos del Cielo.


Fotografía : Fabián Pazos


Diseño Gráfico : Federico Calzada


Producción Ejecutvia : Andrea Ferraz - Leite


Difusión : Macarena Langleib


Dirección General : Alberto Zimberg

El proceso de ensayo

Fotografías del ensayo de Los padres terribles en Espacio Teatro.








Fotografías: Fabián Pazos

Música original de Ojos Del Cielo


Ojos del cielo compuso música original para la obra. Es un placer escucharlos. Puedes saber más de ellos en: http://www.ojosdelcielo.net/


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