sábado, 26 de septiembre de 2009

Sabado SHOW 26/09/09


Sábado Show 26/09/09
Dirige Alberto Zimberg


Hijos del rigor


Hoy se estrena Los padres terribles, de Jean Cocteau, en El Bardo, sala de Espacio Teatro.
Por Bernadette Laitano

En una de sus múltiples creaciones artísticas, Jean Cocteau dio vida a una familia disfuncional que, apenas vio la luz en un escenario de París, en 1938, fue ordenada al silencio y guardada en un cajón. El motivo, su carácter inmoral.
La obra, de nombre Los padres terribles, fue escrita de manera maratónica en ocho días alimentados por sesiones de opio y con el interés de Cocteau puesto en su amante, Jean Marais, a quien la dedicó. Si ese detalle tuvo o no influencia en el carácter "inmoral" decretado por el Consejo Municipal de París, poco importa porque en esa fecha Cocteau ya era figura indiscutida de varios movimientos de vanguardia -sobre todo el surrealismo francés- y la provocación inundaba su producción artística, que no se acota solamente al teatro sino que se extiende hacia el cine, la música y la pintura. Los padres terribles tienen su versión cinematográfica realizada por el propio Cocteau.
Más cerca del siglo XXI, en 1995, la obra volvió a ver la luz y fue éxito en Broadway y Londres (el elenco lo integraba Jude Law). Ahora toca ver cómo responde el público aquí, en Uruguay, porque este fin de semana se estrena bajo la dirección de Alberto Zimberg y las actuaciones de Roberto Bornes, Noelia Campo, Alicia Garateguy, Carla Moscatelli y Sergio Muñoz.

-¿Por qué seleccionaste esta obra?
-Con Anhelo del corazón, que fue mi anterior proyecto, hablaba del tema de la familia disfuncional entre otras cosas, entonces la idea era continuar un poco con esa línea y seguir investigando un poco más, además de adentrarme en textos un poco más diferentes a los que he transitado como (Harold) Pinter y Caryl Churchill, que son textos más precisos, incluso de alguna manera hasta más contemporáneos (...) pero sobre todo a nivel del texto es mucho más rebuscado o más pesado. Entonces, la idea justamente era darle mi visión, seguir transitando el tema de la familia disfuncional y sobre todo por cómo está tratado, que le toma el pelo a los clichés de la época, con un humor ácido, bastante negro, pero que habla de cosas que nos interesan a todos actualmente. No es una comedia ligera, los personajes son muy fuertes cada uno, entonces era interesante trabajarlos desde el punto de vista de las relaciones entre ellos.
-Trabajaste con parte del elenco en Anhelo del corazón (Garateguy,Campo y Bornes), ¿por qué los volviste a elegir para esta obra?
-Porque ¿viste cuando te quedan ganas de seguir trabajando? Sobre todo en teatro totalmente independiente uno elije con quién laburar y no siempre se da que tanto a nivel de elenco como técnico se pueda conformar un grupo con el que puedas trabajar bien, no sólo a lo que puedan aportar artísticamente sino también a lo que puedan aportar a nivel personal.
-Los padres terribles suele representarse como un vaudeville con ribetes de comedia y tragedia, ¿cómo la delineás tú?
-La idea es no partir de lo superficial o la caricatura que podrían ser los personajes sino, en principio, empezar a explorar, voy al texto mucho después, o sea, en principio trabajamos mucho lo que son las relaciones de estos personajes, encontrar a estos personajes en otras situaciones que quizá no están planteadas directamente en el texto, y empezar a encontrar un estilo que pudiera comunicar lo que yo estaba sintiendo que el texto me estaba dando.
-¿Y qué te estaba dando?
-Personajes que transitan en un rango bastante grande, o sea, si bien desde la verdad en todo ese rango, quizá por momentos en decir verdades desde un naturalismo hasta llegar a un desborde total.
-Los personajes se pasean por varios registros en el transcurso de la obra.
-Claro. Incluso nos planteábamos si son personajes que se disocian bastante en cuanto a la capacidad de relacionarse con uno u otro personaje y no, es el mismo personaje que por momentos te parece otra persona cuando se relaciona con otro, y eso tiene que ver con todo el tema de los secretos que tiene la obra.
-¿Qué es lo esencial de la obra para tí? ¿Dónde está el núcleo?
-Sobre todo tiene que ver con un supuesto orden establecido cuando arranca la obra, un orden generado por la madre, el padre y una tía solterona, con un hijo de unos 20 años, donde cada uno de los personajes ya tiene su lugar y su vínculo establecido dentro de la familia. El tema es cuando uno de estos personajes, el hijo, decide -o no decide- romper ese orden. Ahí empiezan a aparecer todas estas verdades que estaban ocultas, estos conflictos. Cocteau trabaja muy bien el tema de los opuestos, el orden/desorden, y la obra va adquiriendo otra forma de ordenarse.
-¿Qué es lo terrible de estos padres?
-Lo que te hablaba del tema del orden y el desorden, tender a ordenar la vida de este hijo de una manera no digo arbitraria pero sí sin consentimientos, sin ese diálogo que tendría que haber o sin dejar que el hijo decida (...) Pero son personajes que sufren, que ríen, que explotan por momentos, y que están queriendo decir muchas cosas.



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